Tras el fallecimiento de Carmen Hernández Barrera el 19 de julio de 2016 (nacida en 1930), co-iniciadora y responsable durante cincuenta años junto Kiko Argüello del Camino Neocatecumenal se pensó que sería conveniente, por el bien de la Iglesia, obtener información documentada de su vida y de su contribución al surgimiento y extensión mundial del Neocatecumenado.

El Cardenal Rouco Varela, en la presentación de esta obra, afirma con acierto lo siguiente: “Carmen y la historia de su vida merecían ciertamente una biografía con la que quedase constancia escrita, bien fundamentada en la ciencia de la historia de la Iglesia, de lo que significó para la Iglesia del Concilio Vaticano II la trayectoria humana, espiritual y apostólica de una mujer que se entregó a Cristo y a su Iglesia imitando y acogiendo el amor de su Madre —de Cristo y de la Iglesia— hasta dar su vida por Él, consagrada a su amor para la evangelización del hombre de nuestro tiempo —¿posmoderno?— tan hambriento y sediento de la gracia de Dios. Esa merecidísima biografía la encontramos en este libro”.

Y este libro tan necesario ha sido elaborado por D. Aquilino Cayuela, filósofo de formación y escritor. De manera perseverante este profesor español ha indagado durante unos cuatro años en numerosas fuentes documentales sobre las diversas etapas de la vida de Carmen Hernández, así como sobre su formación científica, teológica, bíblica, eclesiológica y litúrgica.

El texto se adentra con respeto y discreción en la intimidad de esta mujer para ofrecer una reconstrucción biográfica completa y cronológica de su curso vital. Se ofrece, además, un amplio trabajo documental donde el autor opta, en todo momento, por hacer presente la voz personal de la biografiada, sacar a la luz sus propias palabras en cada tiempo de su vida, gracias a las cuales es posible acceder con mayor hondura a su genuina e íntima experiencia de Cristo. Afirma el autor que con los textos manuscritos de Carmen y con algunas de sus intervenciones públicas “no he querido interpretarla, sino presentar su personalidad y su vida con aproximada exactitud”.

El propio Kiko Argüello afirma en su emotivo prólogo: “En estas notas biográficas vais a ver a una mujer excepcional, importantísima para la Iglesia, enamorada de Cristo, de la Escritura y de la Eucaristía. Tenía una clara conciencia de que la misión que Dios le había dado era apoyarme, defenderme y corregirme, por el bien del Camino Neocatecumenal. Doy gracias a Dios por Carmen, que me ha dicho siempre la verdad, constantemente. Era una mujer profunda, auténtica y libre en su relación con todos. Era muy inteligente. Amaba a Cristo y a la Iglesia y al Papa, por encima de todo”.

Estamos ante una obra que ofrece un rigoroso trabajo de investigación y documentación con el que se busca acercar al lector una personalidad tan reservada como fue la de Carmen Hernández, que tan poco hablaba de sí misma, de sus experiencias intensas de fe en la adolescencia y juventud. El libro mantiene un tono espiritual en la mejor tradición de vidas de autores y obras cristianas. Es así una biografía ágil de leer, rica en matices, que hace viva su figura a todos los interesados en conocerla. El autor cuida bien la contextualización histórica con el propósito de ofrecer un servicio eclesial en memoria de una mujer de nuestro tiempo que ha vivido un intenso amor y cercanía con Jesucristo y una sincera y total entrega a la Iglesia.